CuadrARTE
La relación entre arquitectura y contexto es inherente, independientemente del tipo de diálogo que prevalezca entre ambos. De la misma manera que un edificio nuevo puede ser generador de contexto, un edificio en desuso puede llegar a afectarlo convirtiéndose en un factor de riesgo para el espacio urbano.
Un edificio abandonado se podría considerar entonces como un punto de infección para la ciudad. Las acciones inmediatas a su estado de abandono como la acumulación de polvo y basura, espacios en penumbra, deterioro de la pintura, grafiti, vidrios rotos, resultan ser síntomas primarios, lógicos y fáciles de solucionar. Hasta aquí la infección es a nivel físico del edificio. La situación se agudiza cuando comienza a extenderse en el contexto inmediato: inseguridad, deterioro de la imagen urbana y de la calidad de vida de la zona, vandalismo en el lugar y toda una serie de fenómenos socio-espaciales que enferman el entorno. En el punto más crítico, estos vacíos construidos pasan a formar parte del pensamiento colectivo como sinónimos de desorden y descontrol, el deterioro del contexto ya es a nivel cultural y existe el riesgo de que el edificio abandonado ya no sea una infección sino una epidemia.
Lo anterior a su vez va de la mano con el efecto de la ventana rota (postulado por James Q.Wilson y George): si un daño en la ciudad no es corregido, generará un efecto negativo y una reacción en cadena que contribuirá a problemáticas sociales mayores como la delincuencia y el crimen; por el contrario, si este daño es reparado el efecto es totalmente opuesto.
ESTRATEGIA
El proyecto CuadrARTE es un estímulo social con la intención de concientizar sobre las implicaciones de un edificio abandonado en su contexto físico y cultural para que posteriormente pueda ser rehabilitado. Pretende también destacar el desperdicio de espacios ya construidos y demostrar su potencial.
CuadrARTE será un lugar no fijo de exhibición de arte (instalaciones artísticas, fotografía, pintura, escultura, medios audiovisuales, moda) que se mudará constantemente a las sedes (no simultáneas) ofrecidas por los edificios abandonados de la ciudad. De este modo se adoptarán temporalmente dándoles a los ciudadanos la oportunidad de acercarse y experimentar cómo cambia el espacio urbano al ser utilizados. El evento en sí se convierte en el estímulo generador de experiencias tanto para las personas que acuden como para los que pasan por el lugar.
El efecto esperado a largo plazo es despertar el interés por rehabilitar el edificio por parte del sector público o privado, de esta manera el fenómeno de la ventana rota tendrá un efecto positivo permanente.
La relación entre arquitectura y contexto es inherente, independientemente del tipo de diálogo que prevalezca entre ambos. De la misma manera que un edificio nuevo puede ser generador de contexto, un edificio en desuso puede llegar a afectarlo convirtiéndose en un factor de riesgo para el espacio urbano.
Un edificio abandonado se podría considerar entonces como un punto de infección para la ciudad. Las acciones inmediatas a su estado de abandono como la acumulación de polvo y basura, espacios en penumbra, deterioro de la pintura, grafiti, vidrios rotos, resultan ser síntomas primarios, lógicos y fáciles de solucionar. Hasta aquí la infección es a nivel físico del edificio. La situación se agudiza cuando comienza a extenderse en el contexto inmediato: inseguridad, deterioro de la imagen urbana y de la calidad de vida de la zona, vandalismo en el lugar y toda una serie de fenómenos socio-espaciales que enferman el entorno. En el punto más crítico, estos vacíos construidos pasan a formar parte del pensamiento colectivo como sinónimos de desorden y descontrol, el deterioro del contexto ya es a nivel cultural y existe el riesgo de que el edificio abandonado ya no sea una infección sino una epidemia.
Lo anterior a su vez va de la mano con el efecto de la ventana rota (postulado por James Q.Wilson y George): si un daño en la ciudad no es corregido, generará un efecto negativo y una reacción en cadena que contribuirá a problemáticas sociales mayores como la delincuencia y el crimen; por el contrario, si este daño es reparado el efecto es totalmente opuesto.
ESTRATEGIA
El proyecto CuadrARTE es un estímulo social con la intención de concientizar sobre las implicaciones de un edificio abandonado en su contexto físico y cultural para que posteriormente pueda ser rehabilitado. Pretende también destacar el desperdicio de espacios ya construidos y demostrar su potencial.
CuadrARTE será un lugar no fijo de exhibición de arte (instalaciones artísticas, fotografía, pintura, escultura, medios audiovisuales, moda) que se mudará constantemente a las sedes (no simultáneas) ofrecidas por los edificios abandonados de la ciudad. De este modo se adoptarán temporalmente dándoles a los ciudadanos la oportunidad de acercarse y experimentar cómo cambia el espacio urbano al ser utilizados. El evento en sí se convierte en el estímulo generador de experiencias tanto para las personas que acuden como para los que pasan por el lugar.
El efecto esperado a largo plazo es despertar el interés por rehabilitar el edificio por parte del sector público o privado, de esta manera el fenómeno de la ventana rota tendrá un efecto positivo permanente.
